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La mayoría de las mujeres
tiene una relación de amor y odio con el trabajo de su pareja. Por un lado, es
excelente porque provee lo suficiente para cubrir necesidades y deseos y
planes; sin embargo, muchas veces el trabajo no se queda en el trabajo, se
viene a la casa y esa es la parte que más cuesta sobrellevar. Muchas veces, el
trabajo no es la bendición sino el intruso en la relación. Tú sabes: la otra
mujer no siempre es otra mujer.
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Con toda la confusión y los
sentimientos encontrados acerca de su empleo es difícil encontrar un balance;
sin embargo, las mujeres tenemos que encontrarlo, pues si una cosa es cierta es
que el trabajo no se irá a ninguna parte -y cuando se va no podemos esperar
para tenerlo de vuelta-, de modo que tenemos que hallar la forma de que su
ocupación no se convierta en un obstáculo en la relación y, en definitiva, no
la razón por la cual se pelean de forma constante.
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Enumero
algunas ideas para apoyar a tu pareja al respecto aun cuando sea difícil
hacerlo:
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Curiosidad
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Algo común es preguntar
cómo le fue en su día, pero no como una rutina aprendida, sino que en verdad se
sienta curiosidad y deseo de saber qué hizo durante su día. Pregunta con el
mismo interés con el que te gustaría que él te preguntara a ti sobre tu
jornada.
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Una cuestión
sincera
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Muchas veces -y más, si
tienes una pareja perfeccionista- el trabajo que están haciendo puede esperar,
pero quieren adelantar para el siguiente día, o "perfeccionar" lo ya
hecho. Durante esos momentos tienes que preguntar con toda sinceridad:
"¿Es absolutamente esencial que hagas eso en este momento, o puede esperar
hasta mañana?". En ocasiones la respuesta será que no es necesario, mas en
otras sí lo es, y debemos de respetarlo porque estamos conscientes de que a
todo trabajo corresponde una responsabilidad. Es importante que él sea sincero
en su respuesta, y recuérdale que debe de serlo si espera que respetes lo que
está haciendo y el que no existan problemas.
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Establece
límites
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Es importante poner límites
en los días y horas en los que el trabajo no es permitido, tales como citas en
pareja, tiempo familiar, vacaciones, etcétera. De la misma forma es importante
recordar que si hay una emergencia deben de existir sus excepciones a esta
regla.
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Gratitud
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Este es un punto
importante, puesto que lo que escribí anteriormente es verdad: odiamos el trabajo,
pero si algún día se llega a perder oramos para que regrese. Con todo, da
gracias no solo por el empleo de tu pareja, sino porque todos los días va y lo
ejerce con buen ánimo y disposición a fin de proveer para ti y toda tu familia.
El trabajo de tu pareja no tiene por qué ser tu enemigo, existen
formas de apoyarlo mientras se ejercen límites y la siempre bienvenida
gratitud, que en su totalidad te ayudarán a no perder la cabeza y a ver su
trabajo como tu competencia.
Fuente: familias.com
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