Los 195 Estados miembros de las
Naciones Unidas que trabajan en la Agenda 2030 establecen un objetivo esencial
para lograr democracias participativas y sostenibles: el derecho a una mayor participación ciudadana en
las decisiones que afectan nuestras vidas. Democracia es el derecho a
elegir a nuestros representantes cada cuatro años. Pero, la democracia no se
limita a las urnas. Por ejemplo, ante una situación que afecta la salud de las
personas o es perjudicial para el medio ambiente (como
un depósito de residuos sólidos o ‘botadero’) es
posible denunciar el caso para encontrar una solución oportuna por parte de las
autoridades.
Como explicó Leandro Machado de Agora, en el evento Perú Sostenible el
pasado 20 y 21 de agosto, democracia es escuchar la diversidad de opiniones en
una sociedad. Para ello, los Estados impulsan procesos de participación
ciudadana aunque, en los pocos casos peruanos, son considerados más como
un requisito formal en vez de un derecho inherente a las personas.
Fátima
Contreras, especialista legal del Programa de Política y Gobernanza
Ambiental de la Sociedad Peruana del Derecho Ambiental (SPDA), explica que la
frágil confianza que existe entre la ciudadanía y el Gobierno se debe, en
parte, a la falta de transparencia y la poca difusión de los procesos
participativos. "Hay todavía una deficiencia del Estado en implementar el
marco legal que establece estándares para los derechos de acceso a la
información, participación y justicia. Si bien los incluye, el problema es que
se ha venido implementado de manera lenta e ineficiente”, explica Contreras,
quien al promover el acceso a la justicia contribuye al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 16: Paz, Justicia e
Instituciones Sólidas.
PARTICIPACIÓN
CIUDADANA ORGANIZADA
La relación entre democracia y desarrollo sostenible —explicaFátima
Contreras de la
SPDA— comienza a cobrar
fuerza en 1992, cuando los líderes mundiales de diversos países de Naciones
Unidas se reunieron en Brasil, en la conferencia conocida como ‘Cumbre de Río’,
que estableció 27 principios orientados a definir medidas de cooperación para
la conservación del planeta.
Más de 20 años después, en largas negociaciones en la cumbre
Río+20, el principio 10 de esta declaración se convirtió en el Acuerdo Regional
sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la
Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, más conocido
como Acuerdo de Escazú, que será ratificado este 26 de setiembre.
Este acuerdo, firmado por 24 países, entre ellos el Perú,
establece tres derechos constitucionales:
✓ El derecho de
acceso a la información sobre la gestión de los recursos naturales.
✓ El
derecho a la participación pública eficiente y en etapas tempranas en el
proceso de toma de decisiones.
✓ El
derecho al acceso a la justicia inmediata para denunciar un hecho que vulnere
la salud de las personas o el entorno ambiental.
Un buen ejemplo de lo que puede lograr la participación
ciudadana organizada es el fallo histórico, en julio de este año, contra Cacao del Perú Norte,
sentenciada a pagar 15 millones de soles pordeforestar bosques
en Loreto. La ciudadanía del distrito de Tamshiyacu denunció en 2013 a esta
empresa ante el Ministerio Público por la tala de árboles y por no contar con
autorización para cultivar productos de la agroindustria ni
con la certificación ambiental correspondiente.
“Tenemos que tener en cuenta que el derecho a tener un ambiente
sano y equilibrado como establece la Constitución se trata de un derecho
colectivo. Todos tenemos la oportunidad de poder participar, de poder
informarnos sobre el estado de este bien jurídico que es protegido por nuestra
Constitución”, dice Contreras.
Los desafíos que se plantean en adelante son tres. Primero —dice
Contreras— fortalecer
las capacidades de quienes operan los mecanismos de información y toma de
decisiones. Segundo, implementar las herramientas de participación pública
expresadas en el marco legal y, en tercer lugar, lograr que la ciudadanía esté
en el mismo nivel de información con el Estado y los titulares de proyectos.
Todo una meta para el Perú, que se podrá superar si los actores involucrados
toman consciencia sobre la importancia de cuidar el lugar que nos permite
vivir: el planeta.
Fuente: elcomercio.pe
Publicar un comentario