Muchas personas conocidas han logrado bienes materiales, fama,
dinero, lujos, pero de la misma forma lo han perdido todo en cuestión de
segundos. Hace poco leí una noticia aquí en Orlando, Florida que nos ha llenado
de consternación: un millonario que mata a su esposa y es sentenciado a 30 años
de prisión. Leía también una noticia de mi Isla, Puerto Rico, de un
coronel de la Policía, fichado por pornografía de niños y con una posible
sentencia a muchos años de prisión. Con esto no pretendemos hacer leña
del árbol caído, y nos resta orar por estos caballeros que han caído en todo
tipo de desgracia; todo por la falta de Dios en sus vidas. Por el contrario,
reflexionamos ante un panorama tan triste y doloroso cuando personas que lo han
tenido todo materialmente hablando, en solo minutos su vida ha dado un giro de
360 grados. Muchas muertes, noticias funestas y tragedias sin límites a
lo largo y lo ancho de todo el Planeta han sido el plato diario. Esto nos hace
pensar que la vida sin Dios es vacía y llena de escollos.
El Apóstol Pablo en un momento dado de su vida escribió en
Filipenses capitulo 3:13-14: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.
Es importante no darte por vencido, no perder de vista tu meta ni
la visión que Dios te ha dado. Todavía hay camino que recorrer y montanas
que escalar! Fíjate el Apóstol dijo: una
cosa hago dando a entender que es una lucha constante,
diaria, persistente.
Olvidando ciertamente lo que queda
atrás tenemos que olvidar las penas, los
fracasos, lo que nos ha hecho sufrir, los malos momentos. Que estos no hagan
nido en nuestra vida de modo que no nos sirvan de estorbo en cuanto a los
planes y propositos que Dios tiene con nosotros.
Extendiéndome a lo que está
delante lo importante en nuestra vida es lo que
está por venir. Ya no podemos dar vuelta a atrás para enmendar nada de lo que
sucedió en nuestra vida. Lo que pasara de aquí en adelante con tu vida es lo
que verdaderamente importa. Recuerda que a Dios no le interesa mucho tu
pasado, sino tu presente y tu futuro.
Un futuro brillante estará presente cuando dejemos nuestros
fracasos del pasado y prosigamos en lo que está por delante. En el
Libro de Hebreos se mencionan los héroes de la fe los cuales tenían
altibajos como nosotros; muchos de ellos tuvieron fracasos, pero estos no
se mencionan, sino sus hechos prodigiosos y de fe:
“por fe
conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas” Cuando
reconocemos nuestra dependencia de Dios, El convierte nuestros fracasos en
victorias.
Quiera Dios que este Nuevo Año sea de bendición y
éxito en el Señor y cada una de tus metas sea alcanzada.
Nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo si
depositas toda tu confianza en Dios.
Autora: Lucy Carmona
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