Según la última edición del Índice
Compuesto de Actividad Económica (ICAE) del Instituto Peruano de Economía
(IPE), al tercer trimestre del 2016 Apurímac seguiría liderando
largamente el crecimiento a nivel regional con 223% de expansión. Ello responde
a la fuerte expansión del sector minero (1.846%) debido, principalmente, a la
producción de cobre del proyecto Las Bambas.
El cambio en el tamaño y composición del
producto de la región es sorprendente. En el 2015, el PBI de Apurímac fue de
S/2.651 millones, lo cual representó tan solo el 0,5% del PBI nacional. En el
2016, únicamente la producción de Las Bambas añadiría aproximadamente S/4.554
millones al PBI de Apurímac. Es decir, dada la magnitud de dicho proyecto, el
PBI apurimeño se multiplicaría 2,7 veces en el año. Con ello, la participación
del sector minero en dicha región se elevaría de 11% del producto en el 2015 a
65% en el 2016.
La región con el segundo mayor
crecimiento del trimestre es Arequipa (29,3%), impulsada por el fuerte
incremento de la producción de cobre (115%) y de molibdeno (244,5%) debido a la
ampliación de Cerro Verde.
Motores
Según el IPE, el crecimiento esperado para el Perú
en 2016 es de 3,9% y aproximadamente la mitad se explicaría por minería (1,8
puntos porcentuales). Consistente con lo anterior, las regiones con actividad
minera significativa habrían crecido 12,6% en el tercer trimestre del 2016 y
liderarían la dinámica económica nacional por sexto trimestre consecutivo.
José Carlos Saavedra, director de
Análisis Macroeconómico de Apoyo Consultoría, destacó que el país experimenta
una economía a dos ritmos: el buen paso del sector minería y sus
extraordinarios resultados en el año que contrasta de manera clara con una
severa desaceleración y debilitamiento de la demanda interna. Los resultados
del ICAE muestran que las regiones no mineras cayeron 0,3% en el tercer trimestre
y acumulan tres trimestres seguidos en negativo.
Los buenos datos de las regiones mineras
se explican en una creciente producción metálica que ha superado –al menos
temporalmente– los efectos de la caída consecutiva de la inversión minera en
los últimos años. Sin embargo, en la medida en que los grandes proyectos
mineros alcancen su capacidad instalada y luego mantengan su nivel de
producción, su contribución al crecimiento del PBI irá siendo menos
significativa.
Las regiones con peores desempeños en el
trimestre fueron Loreto (-23,9%) y Cajamarca (-5,6%).
En Loreto, la producción de petróleo
crudo volvió a caer de manera pronunciada (-74,6%) debido fundamentalmente al
cierre del Oleoducto Norperuano. Al respecto, Saavedra señaló que dicha caída
se ha visto reflejada en una fuerte ralentización del consumo masivo en dicha
región.
Además, se han visto afectados los
indicadores de empleo, que acumulan nueve trimestres de caída consecutiva en la
ciudad de Iquitos, así como los ingresos públicos en la región producto de los
menores niveles de canon y regalías, señaló Mario López, especialista de
Estudios Económicos del Banco Central de Reserva-Sede Iquitos.
En el caso de Cajamarca, la producción de oro continuó cayendo (-24,4%) por las
menores reservas del mineral en las unidades de Yanacocha y el retraso en el
inicio de nuevas operaciones mineras.
En el último trimestre, 10 regiones
tuvieron un crecimiento negativo. De ellas, cinco se encuentran en recesión
luego de acumular dos trimestres de caída consecutiva. Estas cifras ratifican
las dos tendencias que muestran los resultados del ICAE, y con los que coincide
Saavedra: el fuerte crecimiento de las regiones mineras sostiene el crecimiento
del país y contrasta con los resultados negativos de las regiones no mineras.
Fuente: El Comercio
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