ESTADOS UNIDOS.- Las lluvias torrenciales sin precedentes afectan
especialmente a la capital del estado, Baton Rouge, y las vecinas localidades
de Livingston Parish, Livingston, Santa Elena y Tangipahoa. El presidente
Barack Obama declaró “zona de emergencia federal” a Louisiana, lo que permite
destinar de manera inmediata fondos para las víctimas y movilizar ayuda, algo que
se demoró durante la tragedia del Katrina, que culminó con un saldo de 1.800
muertos.
El gobernador del Estado, John Bel Edwards, advirtió que
“estamos en una situación grave y que, además, aún no ha terminado”. El
funcionario calculó que unas 40.000 viviendas fueron invadidas por el agua o
dañadas seriamente por la tormenta, que comenzó el jueves y que podría llegar a
agravarse con otro frente que viene desde el Golfo de México. Edwards dijo que
él y su familia se vieron obligados a abandonar la mansión gubernamental
después de que se inundó el sótano y se cortó la electricidad.
La iglesia de Denham Springs, que en el pasado ha sobrevivido
algunos desastres naturales, como inundaciones y fuego, fue nombrado para
servir como un refugio, preparada para ayudar y refugiar en este último
desastre.
“Ahora es nuestro
turno de ayudar”, dijo Jacqueline King, líder de la congregación. “Después de
la iglesia fue reconstruida en 2011, queremos posicionarnos como un lugar de
alivio para aquellos que sufren de las catástrofe”, dijo.
“Ellos nos están ayudando en este nuevo reto dijo King
refiriéndose a la ayuda de la cruz roja. Es difícil y desafiante, pero también
muy gratificante ser las manos y los pies de Cristo”, dijo.
Otras iglesias también cancelaron sus servicios para ayudar a
las víctimas de la catástrofe.
Fuente: Clarin.com
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