Muchas veces el consejo de nuestros mayores fue: “El tiempo no nos debe ganar, más bien nosotros, ganarle al tiempo”
En otras palabras el tiempo pasa irremediablemente y nada lo detiene y lo que
yo hago es administrarlo o bien usarlo.
Si el matrimonio es la relación humana más profunda e íntima, si después de
Dios la relación de esposos es la más importante, entonces, ¿Cuánto Tiempo le
dedico a la misma?
El no dedicarse tiempo tiene efectos en la comunicación y por tanto en la
relación, porque empieza a darse el distanciamiento, a romperse la unidad,
aparecer el egoísmo, y por tanto el enfriamiento.
Los
obstáculos son:
§ El tiempo que acaso no
se dedican para estar juntos,
§ El tiempo que llevan sin
conversar entre sí, quizás
§ El tiempo que hace que
ni apenas se ven.
§ Ello podrá ocurrir por
la necesidad poco deseable de estar cada uno en una ciudad o país distintos por
razón del trabajo.
§
Podrá ser otra la circunstancia: que los dos trabajan, pero que
normalmente no coinciden en casa ni para comer, o quizás ni para dormir juntos.
§
Podrá ser que, también por razón del trabajo, uno de los dos
tiene una tarea normal exagerada, que le quita mucho o todo el tiempo para
estar gozando de vivir acompañándose.
§
Acaso ocurre que casi siempre se lleva a casa parte de la tarea
de su lugar de trabajo; o sencillamente que el trabajo que tiene es tan
abrumador que no puede tomarse tiempo ni para descansar y ello le hace estar
siempre de mal humor. Puede sucederle eso al hombre, a la mujer, o a los dos
más o menos por igual. No tienen tiempo para conversar juntos.
§
Otra de las causas por las que apenas se dedican tiempo para
vivir en una verdadera relación de pareja, puede ser que caigan en la tentación
de estar haciendo cada uno su propia vida, con sus diversiones y amigos
personales, igual que cuando eran solteros, como ven que otros lo hacen por
ahí. Son también, acaso, las obligaciones sociales que cada uno se está
imponiendo al margen del otro, sin la intención siquiera de acompañarse por él.
§
Los sentimientos negativos y enfrentados que surgirán en el uno
y el otro, son obvios, y es obvia también la tensión desagradable que se crea
en la relación de pareja. Podrá ocurrir que en un comienzo se disimule la
tensión por no aparecer como excesivamente sensibles, pero poco a poco sucederá
que esos sentimientos, acumulándose, irán creciendo: sintiendo la impotencia,
la ira, el rechazo del otro, la soledad misma sentida, al verse dejado de lado
así.
La
solución no es la confrontación que, si es pelea, será de efectos muy nefastos;
aunque fuere para el simple poner las cosas en claro, será de efectos
negativos. El ponerse a conversar sobre el asunto con valentía para ver cómo
entenderse, y pedir o dar explicaciones, serviría también de poco. Lo único
eficaz será, siempre, el dialogar sobre los sentimientos que por esa situación
se están teniendo, a fin de comprenderse y amarse más de veras, asumiendo el
culpable lo que el otro está sintiendo inevitablemente y que de nada sirve
discutirlo. Tratarán de ver cómo hacer para que, a pesar de todo, ambos se den
más tiempo para vivirlo juntos. Y el tiempo que de hecho tengan disponible,
prometerán vivirlo juntos con mayor intensidad.
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