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BENDITO EL HOMBRE QUE CONFIA EN EL SEÑOR, CUYA CONFIANZA ESTÁ PUESTA EN EL SEÑOR!…” (Jeremías 17:7)
Para triunfar en cualquier cosa que Dios quiere que hagas, debes aprender a tener confianza, no en ti mismo, sino en Cristo. Escucha a Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Jesús dijo: “…separados de Mí nada podéis hacer” (Juan 15:5b). Parece ser que aprender esta verdad lleva toda la vida. La mayoría de nuestras luchas y frustraciones viene por poner nuestra confianza en el lugar equivocado. Pablo dijo: “…no teniendo confianza en la carne…” (Filipenses 3:3b). Ahora bien, él no estaba diciendo que no confiemos en nadie. No, dijo que si ponemos en otros o en nosotros mismos la confianza que sólo pertenece al Señor, no saldremos bien. ¡Él no nos dejará!


Para lograr algo, debemos tener confianza, pero ante todo ha de ser en Dios. Tenemos que creer que Él desea que salgamos bien. Puede que fallemos camino hacia el éxito, pero si confiamos en el Señor, Él tomará nuestros errores y hará que sirvan para nuestro bien y su gloria (Ver Romanos 8:28).

 


A veces nuestra confianza se resiente cuando pasamos por pruebas, especialmente si son largas. Cuando esto ocurre, debemos aprender a hacer lo que hizo David: “Pero David halló fortaleza en el Señor, su Dios”… (1 Samuel 30:6b).Cuando David no tuvo a nadie que creyera en él, creyó en sí mismo y en la capacidad del Señor de obrar a través suyo. Una mujer escribió: “El Señor me dijo que si no creía en mí misma, es que realmente no creía en Él. Dijo: ‘Estoy en ti, pero sólo puedo hacer a través tuyo lo que tú crees que puedo hacer’“.


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